martes, 4 de agosto de 2009

Cartas desde El Mar... Primera Parte.


Debo aclarar, para los seguidores de este blog que los escritos del Poeta no sólo hablan de cunetas, alcohol y malvivencias... el amor existe.

Estas cartas se creian perdidas, escritas años atrás cuando el poeta no conocia el anis con frigurt, ahora ven la luz de nuevo y nos demuestra que detras de toda la mugre de su corazón existe un organo latente que lleva la sangre a sus poemas...

Para Mayi.

CARTAS DESDE EL MAR

I

" Estoy a la deriva, solo, no hay nada más que el profundo mar que nos divide, nos aleja, para después acercarnos. La corriente siempre nos lleva a nuestro destino, no la podemos controlar, es casi imposible… Otra vez estoy sin fuerzas, he remado sin parar en contra de la corriente buscando una salida, la sed nubla mis recuerdos, ya no soy el mismo, buscar una razón para mantenerme vivo me agota y no pienso en ello, concentro mis escasas fuerzas en sobrevivir…

La tormenta ha pasado y mis manos buscan consolar el dolor en el frío del agua, lastimándome aún más, el agua salada entra en mis heridas recordándome porque estoy aquí. El sol brilla para recordarme que necesito el horizonte, tierra firme, el calor es familiar pero cegador, intenso, no puedo respirar. La agonía es mi compañera de viaje, creo que somos muchos, debo pensar en la calma.

Después de la tormenta vienen tus ojos… Estoy soñando. El tiempo ha pasado para revelar su implacable verdad. La noche cae como las alas de un ángel, arropando mi cuerpo con su eterna oscuridad, me siento confundido, nunca había sentido un alivio tan cercano a la muerte, como en un baile, me dejo llevar al ritmo de las olas.

Una luz cegadora estremece mis pupilas, trato de incorporarme para descubrir cuál es la fuente de tal energía, mis manos tratan de tapar la luz, dejando ver en el horizonte un gran faro, me llama, es la respuesta que he buscado, la salida. Por intervalos la luz me indica el camino a la salvación, está distante pero logro verlo. Ya no recuerdo cuanto tiempo tengo aquí, suficiente ha transcurrido para darme cuenta que la vida vale la pena. El faro me llama, me seduce con su danza llena de luz, me cautiva con su esperanza de vida, me hipnotiza con el sonido de las olas rompiendo en su orilla… me dejo llevar.

Hago el mayor de mis esfuerzos para alcanzar el faro, ya no tengo miedo, me sobran las fuerzas, olvido el dolor, desaparecen mis heridas y me dirijo sin pausa a la orilla, está lejos, muy lejos, nunca había pensado en las distancias porque no tenía referencias, ahora todo tiene sentido, todo toma su forma, la física se vuelve real y los elementos complementan las ideas.

Como en un sueño, no sé si estoy despierto, lo único que me importa es llegar a ti… Es tu luz la que me guía el camino, cuando sonríes puedo ver el horizonte, la noche pierde su oscuridad, los recuerdos son nuevos, inmediatos, no necesito nada más, voy a mi encuentro donde rompen las olas… ¿Qué dirán las olas esta vez?

La vida empieza de nuevo. Ya no estoy solo… Llegaste tú.



Continúa… "